miércoles, 3 de octubre de 2007

Aka

En el Salón del manga de Gran Canaria de marzo de 2007, conocí a una curiosa chica de 20 años a la que su hermana y amigos llamaban Aka (su nombre entre otakus) o Izzy, para abreviar el nombre Icíar Castillo Novoa.

Nos conocimos de pura casualidad, y de la misma forma comenzó nuestra relación dos semanas después del salón. A pesar de la diferencia de edad (que, a decir verdad, carece de importancia), nos entendimos muy bien desde el principio. Aunque me dé algo de palo decirlo, no me costó nada enamorarme de ella, y creo que no me arriesgo al decir que ella sintió lo mismo.

Al poco tiempo de comenzar a salir con ella, me contó que sus días en Las Palmas estaban contados; sus padres la mandaban obligatoriamente a Salamanca, y a ella no le quedaba otro remedio que aceptar, ya que había suspendido la prueba de acceso universitario dos años seguidos y, queriendo volver a intentarlo, sus padres le ponían como condición irse a esa ciudad.

Tras dos meses y 19 días de relación, con su vigesimoprimer cumpleaños de por medio, Icíar marchó a Salamanca. Decidimos cortar la relación, porque después de haber estado juntos en el mismo plano, nada sería lo mismo. Nos volveríamos a encontrar no demasiado tiempo después en mi visita a Madrid. Debido a ciertos acontecimientos, ella y yo tuvimos una fuerte e injusta discusión y, aunque llamaría unas horas más tarde para disculparse, yo no quise dirigirle la palabra.

Aún con la relación aparentemente cerrada a cualquiera de sus formas, un día me arrepentí de mi carácter y la llamé. Y así, volvimos a tener una buena amistad. Por entonces, no sé si fue porque ella lo decía sin tapujos, me di cuenta de que, a pesar de todo, en el fondo de mí seguía quedando algo, seguía, y posiblemente sigo, enamorado de ella, aunque actualmente tengo mis propias historias con otra persona. Todo parecía marchar muy bien, y ella decía que se las apañaría para volver en un año o dos. Parecía.

El pasado domingo por la tarde, en Salamanca, Icíar se abría las venas y ponía fin a su vida. No dejó ninguna nota. Encontrada por su prima (su compañera de piso en la mentada ciudad), su cuerpo fue devuelto a Las Palmas e incinerado anteanoche en el tanatorio de San Miguel.

Dejó atrás a dos hermanas, una de 17 años y una de 12, a su prima, a una madre irresponsable o excesivamente trabajadora y a un padre despreocupado e insensible. Y me dejó atrás a mí, que ahora más que nunca, me doy cuenta de lo mucho que la quería. Aunque baraje ciertas teorías, no sé que se le pasó por la cabeza para hacer lo que hizo, y sé que, aunque lo supiera, no me sentiría mejor. Quizá, incluso peor.

A partir de ahora, sé que mi vida como la conocía ha terminado. No me siento capaz de nada, no tengo ganas de nada más que de desaparecer, que no morir, y buscar razones para no renunciar.


Necesitaba exteriorizarlo. No me siento mejor, pero ella lo habría querido así. Era su forma de superar las cosas. Y con esto, pongo punto y final a la que, en principio, será la última entrada de "Bienvenidos a mi mente".

-Icíar Castillo Novoa (1986 - 2007) nació en Madrid. A los seis años, fue a vivir con sus padres y su hermana de dos años a Las Palmas. Tras cumplir 21 años, haría su último viaje, esta vez, a Salamanca.-

Adiós.

jueves, 2 de agosto de 2007

El maleable, débil y necesario humano

No escribo con la intención de dar pena. Eso es algo que sólo hacen los seres patéticos. Yo puedo ser un fracasado, pero no soy patético. Tras esta introducción, que espero haya sido concisa, comienzo a explayarme.

Desde que tengo uso de razón, he sido siempre un ejemplo de chico psicológicamente camaleónico. Durante mis quince años de vida, he sufrido y vivido más de lo que debería haber experimentado en tan corto período. La muerte ha sido una parte vital en este hecho.

Y cuando hablo de muertes, no me refiero a las más comunes, por las que suele pasar todo el mundo. He asistido a incontables entierros y funerales, he perdido amigos a manos de lo único inevitable en este mundo, así como he presenciado fallecimientos hasta el punto de, actualmente, no llegar a sentir nada especial al ver morir a alguien importante para mí.

Toda esta mierda marca. Hasta los trece o catorce, fui un chico bastante sociable y cariñoso. Ciertos sucesos pasaron a hacer que, sin convertirme en alguien que odia a todo el mundo, perdiera la iniciativa de conocer gente e, incluso, desarrollara una inoportuna aversión por el contacto físico, aunque existen ciertas excepciones.

Pero como todo envejece, también evoluciona. Esta actitud derivó hacia el existencialismo. Tanto fue así, que temí convertirme en un nihilista sin retorno, ya que hasta hace nada estaba totalmente falto de ambición, intención y ganas de vivir. A menudo, observaba el suicidio como la mejor y única salida para una ya agobiante vida carente de sentido. Aún hoy sigo sintiéndome vacío, sigo teniendo lagunas en mí mismo, aún me falta algo, aunque puede que, por una vez, sepa qué es lo que falta.

¿Por qué Emu escribe todo esto?, pensaréis. Ni yo lo sé. Supongo que es simplemente porque estoy harto. Quizá simplemente deba plasmarlo en una pantalla para recordarme a mí mismo quién soy y por qué soy así. ¿Odio propio? ¿Carencia de autoestima? Muy probable.

Sin embargo...
hace poco me he dado cuenta de que no soy innecesario. Creo que al fin veo un objetivo, una razón por la que vivir, personas a las que admirar, alguien a quien amar. Veo que, realmente, tengo amigos. Que aunque ya haya pasado tanto, aún debo seguir viviendo, aunque sea sólo para rascarme los huevos. Llego a sentirme necesario, querido. Veo que, aunque me odie a mí mismo, aunque todavía no haya llegado a ser íntegramente feliz, aún tengo vida.

Los que hacéis que me sienta así sabéis quiénes sois. Y nunca seré capaz de agradecerlo.

miércoles, 11 de julio de 2007

Madrid -Impresiones-

En un principio, esta entrada iba a llamarse "Por qué Madrid mola más que Las Palmas". Sin embargo, al ahondar en las entrañas de la capital, uno aprende a apreciar lo que tiene, sin decir que Madrid sea un asco, ni muchísimo menos.

Y en este segundo párrafo, iba a enumerar los motivos por los que Madrid, supuestamente, mola más que Las Palmas. Por supuesto, no va a ser así. Hablemos de qué ha significado para un servidor su quincena en la capital española, de la gente a la que he conocido (más) y de lo que he hecho.

Básicamente, el viajecito ha sido un coñazo. Simple y contundente. Sin embargo, esta negatividad se ve empañada por el segundo y último fin de semana en los madriles, dos días en los que salí con los miembros del Ni y descubrí sobre mí mismo cosas que no imaginaba que fueran a ocurrir, por lo cual debo decir que, a fin de cuentas, el viaje ha valido la pena. Descubrimientos de los cuales no hablaré, por supuesto. Al menos, de momento.

Como citar a todo el mundo sería un auténtico coñazo, sólo diré que son todos mu majetes y blah, blah, blah... a decir verdad, no tengo quejas de nadie, todo el mundo se ha portado bien conmigo y me ha guiado en la medida de lo posible. Debo hacer una mención especial a una persona, la cual, si lee estas líneas, sabrá quién es, por los momentos que he pasado con ella.

Desde Ransil hasta Domi, desde Bhiisrak hasta Gata, ahí he conocido a todo dios y mortal al que pueda pisar con mi bota (xD). Por primera vez en mucho tiempo, me he sentido en mi salsa. Podía soltar frikadas a tutiplén sin que me tiraran piedras, todo un hecho sin precedentes.

Mi llegada a Madrid, que debía producirse el día 26 de junio a las 23:00, ocurrió a las 02:30 del día 27. Cortesía de nuestros geniales aeropuertos, en los que nunca se producen retrasos.

A los dos días de mi llegada asistí a la primera quedada. Esperaba un comité de bienvenida con banderitas y todo, y me encontré conque Ransil y Emperor me estaban esperando con cara de aburrimiento en la estación de metro. Mis expectativas fueron colmadas xD La acumulación de gente dejó como resultado la presencia de Ran, Emperor, Chechu, Bhiisrak, Anubis, Eloië, Master, Panzer, Vórima, Joanne, Khelpie, Guy, Ice, Muxed y probablemente más foristas que me asesinarán por haberlos dejado en el tintero. Fue un día interesante: comida en el japo, caminatas molonas, nuevos apodos de dudoso honor para mi persona... Y la siguiente quedada no se produjo hasta más de una semana después. Una amiga del foro venía de Toledo hasta los Madriles y, cómo trenes como este sólo pasan una vez (no interpretar la frase con el doble sentido que buscarán los adolescentes más cachondones, aunque a decir verdad...) un servidor aprovechó los dos días para ver a ese trozo de pan que es la susodicha amiga. Y en ella quiero hacer especial hincapié.

Mis ánimos tras la primera semana estaban bajo mínimos. Me aburría un montón, tuve un encontronazo con la persona con la que menos guerra quiero tener, y además se me caía el mundo encima por acumulación de responsabilidades. La presencia de esta persona fue un verdadero impulso para mi estado anímico. En este aspecto, debo dar las gracias.

Debo decir que ha sido uno de los mejores, si no el mejor, fin de semana de mi vida. Todos se han portado de puta madre con este díscolo y marciano canarión que no se enteraba de nada en la capital. En ocasiones, me pregunto como sería el tono de mi vida sin la presencia del Ni. Probablemente, sería un ente inerte. A todos, gracias. Adiós y hasta siempre.

viernes, 6 de julio de 2007

Y que luego hablen mal de los chicharreros...


28 Días Después (Danny Boyle, 2002) fue una de las mayores sorpresas que dio el cine británico en el susodicho año. Aparentaba ser la típica película de zombis con mala baba, para ser realmente un drama de terror que ofrecía una siniestra y malsana visión de la condición humana. Debido a su enorme éxito (cuya llegada no era difícil, ya que la película costó sólo 10 millones de dólares, contando gastos publicitarios) la realización de una segunda parte no era una idea tan distante.

Cuando esta secuela no era más que un esbozo, lo más sorprendente (y sugerente en nuestro país) que se supo fue la noticia que decía que el director Juan Carlos Fresnadillo (Tenerife, 1967) sería el encargado de realizar 28 Semanas Después (2007). Tras ver la interesante Intacto (2001), y los estupendos cortometrajes Esposados (1996) y Psicotaxi (2002, por el que fue nominado al Oscar), el resultado que cabía esperar era mínimamente bueno. Y tanto afortunada como previsiblemente, así ha sido.

Con una dirección magnífica, unas geniales interpretaciones (a destacar las de Robert Carlyle, Imogen Poots y Rose Byrne, sin olvidar las de Jeremy Renner, Mackintosh Muggleton y Catherine McCormack), una apropiada banda sonora y, en especial, un clima agobiante y una violencia que llega ocasionalmente al gore (mucho mayor que en la primera parte), 28 Semanas Después se convierte en una de las películas más destacables de lo que llevamos de año 2007, al perfecto nivel de su antecesora.

El prólogo, con una duración cercana a los 20 minutos, ocurre a la par temporal del despertar de Jim (Cillian Murphy) en 28 Días Después, y nos cuenta la huida de Don (Robert Carlyle) de unos rabiosos que destrozan el refugio que compartía con su mujer y otros cinco supervivientes. Tras este arranque (enormemente frenético) la acción se transporta a un centro de refugiados en una zona segura de Londres, donde nos enteramos de que Inglaterra tiene tan sólo 15.000 habitantes después de la epidemia.

Con más presupuesto que su predecesora, 28 Semanas Después nos brinda, de forma abundante, unas escenas de acción enormemente espectaculares (y angustiosas, para qué negarlo). Este último detalle se ve acrecentado por la costumbre de Fresnadillo de mover la cámara de un lado a otro con mucha rapidez. Dificultándonos el visionado de la escena y aumentando, por consiguiente, la angustia del espectador al no saber a ciencia cierta que está ocurriendo.

Además, la violencia ya no es una sugerencia, sino una realidad. Con esto, quiero decir que, mientras que en 28 Días Después veíamos a los rabiosos lanzándose sobre los supervivientes, en esta segunda parte tanto se lanzan como luego machacan, y no de forma precisamente rápida, sino con saña y enorme odio, sentimiento que, a fin de cuentas, es la verdadera afección de los infectados.


Puntuación final: 9,5/10

Aunque su extrema violencia echará atrás a hematófobos y gente sensible en general, se trata de una estupenda película que cumple sobradamente todos los requisitos para gustar al buen cinéfilo y engatusar a los seguidores del género. Una imprescindible.

sábado, 23 de junio de 2007

A la tercera... ¿va la vencida?




Dicen que segundas partes nunca fueron buenas. Esto se suele extender a las terceras, por supuesto. Sin embargo, ello no implica que sea generalizado; hay casos que marcan la excepción. Por desgracia, el que hoy nos ocupa no es uno de esos casos.

La saga Shrek llega a su tercera extensión en Shrek Tercero (Chris Miller y Raman Hui), con el mismo reparto al micrófono: Mike Myers, Eddie Murphy, Cameron Díaz, Antonio Banderas, Julie Andrews, John Cleese y Rupert Everett, con la inclusión de Justin Timberlake y otro legendario miembro de Monty Python (junto a John Cleese): el absolutamente genial Eric Idle, que interpreta a un extremadamente excéntrico Merlín.

La saga Shrek no debió serlo. Esto es, con la primera película bastaba para decepcionar. El chasco es difícil de olvidar... el primer largo del ogro era absolutamente genial hasta un poco antes de la mitad de la cinta, para luego, incurrir en los jodidos sentimentalismos tan lamentablemente propios del cine de animación norteamericano (me sé de un par de japoneses de apellidos Otomo y Miyazaki que son capaces de dar tres buenas lecciones de clase a los americanitos), arruinando la película y convirtiendo una comedia gamberroide en una niñatada, siempre con el afán de agradar a los papaítos.

Esta tercera entrega, con un comienzo magnífico, comete el descaro de empezar ya a perder fuelle a los 30 minutos, ya que a partir de la aparición de Arturo (Justin Timberlake) la historia se convierte en el típico y almibarado cuento de amistad incondicional, un tema que ya cansa bastante. La escasa presencia de la guerrilla de princesas en la trama y las excesivamente pocas (aunque geniales) apariciones de Encantador son lo único que salva a la cinta de un cuatro más que justo.

Como virtudes, hay que destacar la estupenda realización técnica, bastante mejorada con respecto a la anterior entrega (en cuanto a fondeado, ya que las figuras se han mantenido en la misma línea) y la siempre atractiva mezcla de cuentos clásicos en una versión tanto degenerada.

Sin embargo, los defectos son más potentes: demasiado sentimental, repetitiva, con grandes fallos de ritmo narrativo, una pésima banda sonora, mayoría de figuras humanas secundarias desproporcionadas... En resumen, que es una película que, si se midiera la calidad y no la remuneración, no pasaría a la historia.

Dreamworks pretende realizar siete entregas sobre el ogro. Sin embargo, las recaudaciones han estado muy por debajo de lo esperado (afortunadamente, para qué negarlo), por lo que este proyecto probablemente deberá ser recortado. Y creedme, nos estarían haciendo un favor.

PUNTUACIÓN TOTAL: 5,5/10
La peor entrega de la saga, con diferencia. Si eres muy fan de Shrek o quieres reírte un poco, no creo que te arrepientas demasiado de verla. Si buscas cine en condiciones, huye de ella.

lunes, 18 de junio de 2007

Siete pequeñas armaduras



Al menos siete niños y varios fanáticos talibanes han muerto hoy en un bombardeo estadounidense sobre una mezquita y una madrasa (lo que aquí conocemos como escuela) en Kabul, capital de Afganistán.

El ejército de Bush ha pedido disculpas y se ha justificado diciendo que allí se ocultaban terroristas partidarios del régimen talibán. Lo curioso es que han dicho la verdad. Pero centrémonos en lo triste: esos siete niños que murieron FUERON USADOS COMO ESCUDO HUMANO. Parece increíble, ¿verdad? Pero por desgracia, no lo es.


Todo esto aconteció en el distrito de Zarghun Shah. Debo decir que a pesar de que los talibanes usaran a los niños como escudo humano, este espantoso dato no resta importancia al hecho de que Estados Unidos ha bombardeado una zona habitada aún sabiendo que la información que delataba la posición del enemigo no era absolutamente fiable, y así han conseguido destrozar a siete críos que no tenían ni la más remota de idea de por qué les colocaron así en medio de su escuela (como ya he dicho, sus cuerpos amortiguaron el impacto de la bomba... sólo mencionarlo me pone enfermo).

Estas últimas semanas han sido las más sangrientas del conflicto americo-afgano. Un combate entre talibanes y estadounidenses en Helmand, al sur del país, ha dejado varias docenas de muertos, sobre todo en las filas autóctonas, y han muerto unas cuantas decenas de combatientes en la región de Kandahar. A los tradicionales bombardeos y atentados suicidas se le une el mayor atentado acontecido en Afganistán desde la caída del régimen integrista, que consistió en la explosión de un autobús, dejando 35 muertos y varios heridos.

En resumidas cuentas: en lo que llevamos de año, han muerto más de 2.000 personas en el país afgano.

Esta guerra, una venganza por el atentado contra el World Trade Center de Nueva York, el 11 de semptiembre de 2001, pudo considerarse provechosa. Con esto, quiero decir que, aunque me duela admitirlo, EEUU derrocó a un régimen asquerosamente discriminatorio y liberó a un país, en especial al sector femenino de la población. Sin embargo, el exceso de autoconfianza del señor Bush le hizo centrarse en invadir injustamente Iraq, moviendo efectivos desde Kabul hasta Bagdad, dando a los talibanes la oportunidad de resurgir, oportunidad que, tristemente, están aprovechando, y cómo. Estados Unidos debe hacerse la idea de que, tras haber perdido Iraq, va a perder Afganistán, y todo por la negra sombra del negro petróleo, negra motivación de la negra codicia.

Y es que el problema no son (sólo) los fundamentalistas islámicos. La pistola que acribilla a este planeta es el país norteamericano, que se cree erróneamente con derecho a ser la policía del mundo. Y eso es un papel que no está reservado a nadie, ni siquiera a la mayor potencia militar del mundo.

Lo cierto es que el ente que se autoproclama "defensor de la justicia en el mundo", que se autoproclama "país de la libertad", que dice ser el "portador de la moralidad a los países deprimidos", es en realidad el mayor criminal del mundo. Es el país que atacó Iraq excusándose en el 11-S, es el país que voló Hiroshima y Nagasaki por los aires, es el país que ha asumido el rol de imperio moderno. Y amigos míos, todos los imperios caen. La Historia no miente. Grecia cayó. Roma cayó. España cayó. Alemania cayó. Y Estados Unidos caerá.

Nada es para siempre.

jueves, 14 de junio de 2007

Au revoir, mon ami

Por supuesto, yo soy el tío del manga. Mira que me joden las fotos en grupo, menos en ciertos momentos, pero esta pasará a la historia por su enorme cantidad de participantes.


Jueves, 14 de Junio de 2007. Hoy, finalmente, ha terminado el curso escolar, y con él, pongo punto final a mi etapa de secundaria, siempre y cuando no repita, lo cual, lamentablemente, aún está por ver, e incluso decidir.

Las despedidas siempre dejan un sabor de boca agridulce. Por un lado, sentimos el enorme alivio de terminar las clases y obtenemos un merecido descanso. Por el otro, el cual hace que más de uno haya llorado (aclaro que no es el caso de un servidor), nos hacemos la idea de que puede que pase bastante tiempo antes de volver a ver a cierta gente y, en el caso que nos ocupa, la promoción de 4º de E.S.O a bachillerato, no es que pase bastante tiempo, sino que probablemente nunca volvamos a ver a esos sujetos. Y nos caigan bien o mal, tengamos confianza con ellos o no, se trata de compañeros, a fin de cuentas, y no deja de ser un tanto lamentable.

Ayer, día 13, se realizó el acto de graduación o entrega de orla (ahora en un CD, mira que somos originales), aunque más bien es una excusa para bailar como posesos durante las dos horas posteriores al acto, perder unos cuantos kilos en el sudor que quedará en la pista y llevarse a una (o uno, según qué sexo u orientación) a la cama esa misma noche.
Contra todo pronóstico, he de decir que lo pasé bien. Muy muy bien. A pesar de que la música era, de lo malo, lo peor, hasta el caballero que escribe estas líneas sudó como un cerdo debido al baile con uno de sus mejores amigos (a falta de mujeres, mariconeos bastan).
Este acto no era más que una forma de abrir una puerta que se cerraría menos de 24 horas más tarde. Pero queda el recuerdo, lo cual no deja de tener cierto valor.

Y hoy ha sido el día de la despedida. No se le puede llamar "día corriente", teniendo en cuenta el curioso ambiente, un híbrido, como ya dije, entre alivio y tristeza.

Normalmente, no escribiría sobre esto. Pero sin embargo, aunque este no haya sido ni mucho menos mi mejor año (desde el punto de vista académico), es el año en el que me he sentido mejor tratado. Ni un solo atisbo de acoso. En mi carrera escolar, eso tiene un valor incalculable, básicamente, porque es la primera vez que ocurre. En ningún momento me he sentido marginado, desplazado o inútil. Todos y cada uno de mis compañeros han sido merecedores de ser conocidos, aunque no todos me caigan bien, y siempre he sido tenido en cuenta. A pesar de mi escasa participación (reflejada en mi notable ausencia en el fotomontaje del curso, en cuya versión definitiva aparezo tan sólo en cuatro fotografías), si así ha sido, el único motivo de ello es que yo lo he querido así. La costumbre, quizá. Con esta gente he pasado de lo mejor y de lo peor. He tenido algún encontronazo (aunque prácticamente no ha habido), pero también me he sentido, de algún modo, apreciado.

Es por ello que, desde aquí, quería agradecer a todos y cada uno de mis compañeros y a mi tutor su simple existencia y su breve paso por el desarrollo de mi vida.
A Chenco, Esther, Jorge, Marrero, Morant, Ventura, Javier, Javito, Laura, Marian, Gonzalo, Cristopher, Rubén, Óscar, Cristo, Gabriel, Josué, Airam, Alcorac, Alberto, Chiky, Luis, Melania, María Laura, Sergio, Patricia, Álvaro, Kevin, David Jesús y Yeyo: gracias por todo.

Para algunos puede ser un hasta nunca, pero para los demás es un hasta siempre. Cuidaos, y que la Fuerza os acompañe.


Otra foto legendaria de el zoológico este... La cara de Cristopher (en el centro, con chamarra y con los ojos cerrados) es un auténtico poema.